miércoles, 2 de julio de 2008

Lo cotidiano es calentorro (o a mi me lo parece)



He descubierto que las cosas que más me ponen están en la cotidianidad. No hablo de Mujeres desesperadas, ni de juegos de rol que incluyan un mandil y un liguero, tampoco de porno casero que está muy de moda pero que es como el porno de verdad mal hecho.

Toda una vida consagrada a la lectura de Hustler, Playboy y Private; tantas horas viendo cine porno y adorando a Traci Lords, Ginger Lynn, Asia Carrera, Moana Pozzi, Savannah, Jasmine Saint Claire, Jenna Jameson… y, mira, al final me he dado la vuelta como un calcetín.


Me imagino que todos tenemos un cupo personal de historias sórdidas y/o dolorosas y/o vergonzantes que tienen que ver con estar en pelotas delante de otra(s) persona(s) y/o creo que ya he cubierto el mío (A lo mejor no, propongan, propongan…).

Lo pensaba ayer viendo OT (me hago televidente irresponsable, lo sé) que es un concurso que tiene muchos ingredientes sacados del porno: todos fingen. Risto hace de malo, los presentadores que se indignan, los profesores que enseñan y los concursantes fingen que cantan y que son grandes estrellas de la canción. Además hay muchas lentejuelas y mucho maquillaje como en el porno ochentero.


OT se parece bastante al Pressing Catch pero con más gayers, orgullosos por cierto de ser gayers. Mola, es posible que España también se haya dado la vuelta como un calcetín. Dice Carlos Clavijo que la mejor definición para la tele en España es la de Tele Karaoke (leánlo aquí, que está muy bien).

El caso es que las chicas de OT me han despertado el lado sexy de lo cotidiano: me gustan más en chándal haciendo el mongui que haciendo el mongui encima del escenario. Ya ven, mejor en zapatillas y pantalón corto que vistiendo de damas de honor cantarinas y gesticulando como Rocío Jurado. Será que tanta juventud y tan emperifollada me aturde. En serio.

Pensé que más allá de tanta afectación, de tanto teatrillo, de tantas palabras de amor (siempre cantan canciones de mucho amor que confunden querer mucho con querer bien) había un territorio de ropa apelotonada en las esquinas, desayunos interrumpidos, bragas rotas, calzoncillos sin goma, camas revueltas, gomas en el pelo, esposas descalzas, camisetas con el cuello dado de sí…


Será que en el fondo he descubierto la enésima parafilia: gente que se pone con las batas de andar por casa, los rulos y los bidés. ¿Cómo se llamaría a un grupo así? ¿Realifílicos? ¿VPO´s Lovers?


¿Y a ustedes, les pone la realidad?

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Siempre lo he dicho: en el metro o en la calle se ven chicas y mujeres más guapas que las maquilladas de la tele y las photoshopeadas de las revistas.

Me pone más alguna compi del curro que estas modelos de mírame-y-no-me-toques. Lo mejor no está tan lejos...

Señor Insustancial dijo...

¿Entonces se apunta al VPO´s Lovers?

Un saludo.

Anónimo dijo...

Vamos pa'llá!

¿Hay manifiesto "oficial" del VPO's Lover? Lo digo por dar la tabarra con el tema también en BB.

El Gran Faroni dijo...

Creo que vamos a ponerlo de moda...
a ver si el año que viene nos dan
una subvención para ir al Bred&Butter ese...

Un abrazo.