viernes, 11 de julio de 2008

Y volver, volver, volver...


Siempre me ha parecido que Hemingway debía de ser un tipo bastante cantamañanas...no sé, leí "Fiesta" y "¿Por quién doblan las campanas?" y me parecen obras escritas por alguien que no se ha enterado muy bien de qué es España. Topicazo tras topicazo Don Ernest bendijo internacionalmente nuestro typical Spanish y pobló los Sanfermines (Esos que Urmeneta se empeña en modernizar) de guiris de toda especie que vienen cada año a dejarse los dólares que, por muy debilitados que estén, siguen siendo dólares.

Siguiendo el "efecto Kukusumuxu" Cuatro este año ha decidido emitir los encierros de Pamplona justo cuando arrecia el debate "Toros sí, toros no". Un debate que se pasa muerto unos 11 meses al año pero que suele arreciar en las televisiones por estas fechas. Un debate que este año se vive con más intensidad gracias a la reaparición o epifanía de José Tomás.

Me llama la atención también que en los debates televisados se tire de gente tan innoble para defender a ambas posturas irreconciliables. Por un lado, el taurino, gente a la que no tocarías ni con un palo en la mayoría de los casos, fachas y lamentables en la mayoría de ellos que no tienen ningún argumento de peso que los argumentos de siempre (tradición, nacionalismo, ranciedad 100%) y, por otro, gente que va moderna que normalmente parece iluminada por su causa y que se comporta con una vehemencia demente que te hace querer estrangular pollos a manos llenas. Una mierda, vaya. ¿Por qué los debates de la tele te hacen odiar al género humano y a lo que representan?
Pero, hablando de José Tomás hay que agradecerle (o desagradecerle, según sean ustedes) al diestro que su toreo terribilista haya devuelto a la Fiesta su razón de ser: el peligro de muerte del matador.


La tauromaquia no es nada sin la sensación de que, de un momento a otro, la sangre del tipo vestido de luces se derramará sobre los pitones del toro para regocijo de poetas de medio pelo, socios de PETA y ANDA y taurinos de pelo en pecho, cada uno , en su medida desde Lorca y sus cinco de la tarde hasta la cuchufleta de acordarse de Islero. La muerte del morlaco así, sin más, nos deja a todos un poco fríos.

Necesitamos que los fantasmas de Paquirri, El Yiyo, Manolete, Joselito "El Gallo" y todos los demás diestros que perdieron la vida en el albero de Ronda, Colmenar Viejo, Pozoblanco, Las Ventas etc. planeen sobre la lídia para que el sacrificio ritual se complete de algún modo.



Lo digo ahora que arrecia ese debate absurdo que tanto gusta en España que es el que no nos lleva a ninguna parte, es decir, los ANTI seguirán ANTI mostrando sus fotos de animales cubiertos de sangre y los PRO seguirán PRO disfrutando de este tímido veranillo de San Luis que ha traído en la punta del estoque el diestro, tan moderno, que ni le brinda a un toro al Rey (dicen que es veleidosamente republicano como El Guerra...el torero de los años 30, me refiero), ni se persigna antes de cada corrida (Esplá tampoco pasa nunca, dicen, por la Capilla) y que, sin embargo, tirando de terribilismo ha devuelto a la afición al coso.


Los debates a este respecto son cada vez más lamentables. Se dicen cosas como "¿Se le ha preguntado al toro si quiere morir en la plaza?" o "El animal no sufre tanto como se dice"... A lo primero se puede contestar "¿Le pregunta el león a la gacela que si se la puede comer?" o "¿Le ha preguntado a su Husky si prefiere vivir en su Siberia natal o si, por el contrario, vivir en la terraza de un noveno le parece lo más idóneo?" y a lo segundo pues, hombre, algo sufrirá un bicho al que se le pinchan cosas en el lomo.

Todo tiene que ver con ser consciente de qué escalón ocupamos en la cadena trófica por un lado, cosa que mucha gente no tiene nada clara y, por otro lado, con humanizar una fiesta que, por muchos Josés Tomás que le eches, corre lentamente hacia su desaparición.

Debate de mierda, en realidad, que sería igualable a, por ejemplo, "Iglesia católica sí, Iglesia católica no" o, más allá, "Religión sí, Religión no". No hay manera de que nadie se baje de la burra.

Debate de mierda cuando en Italia un señor que se llama Berlusconi va a censar a todos los gitanos que viven en Italia y a tomarles las huellas dactilares en prevención de que delincan. No es nuevo, Hitler lo hizo con los judíos a los que colocó también unos simpáticos brazaletes. Debate de mierda cuando se han ahogado nueve críos en el Estrecho de Gibraltar. Me gustaría que más gente protestara por estas cosas, en realidad. Ya me gustaría a mi que pusiéramos todos más empeño en prohibir a ciertas personas y ciertas cosas.


Creo que la vida de un crío africano vale más que la de un torito enamorado de la luna crecido en las vegas de las fincas de Extremadura, pese a que el toro, por nacimiento sea paisano. ¿No se la agarra mucha gente con papel de fumar? ¿No estaría bien que, de vez en cuando, alguna modeluqui se desnudara y corriera por las calles de las ciudades de cualquier lugar del mundo en pelotas para protestar por la tragedia del estrecho? Es más, que lo haga, aunque no haya tragedia en el Estrecho. Estamos necesitados de belleza.

Demagogias y erotismo aparte me sorprende muy mucho que las manifestaciones por una vivienda digna, contra el hambre o a favor de cualquier causa humana tengan mucha menos repercusión mediática que las causas de defensas animales.

De hecho, con el tiempo, cuando todos seamos unos viejitos innobles agarrados a nuestros pulmones de acero y sólo valgamos para que alguien haga con nosotros Soylent Green ("Ahora con más viejos en su fórmula") podremos ver entre las legañas que nos produzcan los potentes sedantes del futuro unos Sanfermines donde se correrán toros mecánicos y todos los días, a la misma hora, se producirá una lluvia de Kalimotxo concentrado para evitar que la gente tire las botellas en cualquier lado y pueda emborracharse sin llevar botellas en la mano.

Si hasta los romanos perdieron interés por las matanzas de cristianos llegará el día en que la Tauromaquia será una página en la historia sangrienta de un pueblo tradicionalmente sangriento que, cuando no encuentra un bicho al que matar, la suele emprender a golpes con el vecino sea este antitaurino o no. Ahora, yo con tal de no volver a ver algunos terribles bullates abolicionistas tumbados al sol estoy por la prohibición de los toros y el establecimiento del burka o lo que caiga.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El de la cara ensangrentada, ¿es José Tomás o Dexter?

El Gran Faroni dijo...

Jajajajaaa...es el primo torero de Dexter: "El Niño de las entrañas".