lunes, 27 de octubre de 2008

La teoría del pollo de plástico


Ya tengo bastante difusos los años de la universidad. Se que fueron buenos porque no caí ni en las garras de la tuna, ni en la de las asociaciones católicas pese a que ambas me tentaron con su profuso e intenso discurso de piernas envueltas en discretos leotardos de lana, peste a ranciedad y una vida de virginidad más o menos etílica. Supe mantenerme fuerte y buscar el camino hacia el ostracismo y el rechazo social de manera individual.

Tengo buenos recuerdos de algunos tipos como Luis Eguren, que me descubrió a Chomsky y el poder que te entrega manejar bien el lenguaje así como un cierto amor por el estudio "científico" de la lengua, de Florencio Sevilla y Antonio Rey Hazas que se enrollaron bastante a la hora de hacerme amar la literatura española del siglo XVI y XVII y de Eduardo Becerra que me impartió un enorme curso de Literatura Hispanoamericana (no faltaba ni a una clase, más que nada porque me caía bien y porque te podías tomar un gin tonic con él de cuando en cuando) y consiguió que me quitara los prejuicios con Vargas Llosa (aunque sigo pensando que era mejor escritor cuando se hizo izquierdoso que, ahora, que está en el discurso ambivalente) y se me reveló como uno de los juntaletras con más capacidad para la estructura. En todo caso conseguí quitarme muchos prejuicios. Mogollón. El primero de todos, seguramente, fue el de que los estudios de letras estaban indicados para ocuparse de los asuntos del alma, que la filosofía o la literatura podían entenderse de un modo carnal y apriorístico, de forma sensual, mientras que las ciencias eran un estudio robótico. Me quité de los hombros toda aquella caspa de la cursilería, del intenso ideario que decía que la creación literaria era más inspiración que trabajo. Algo para lo que unos estaban llamados y otros no. Un sacerdocio. Mal. En el fondo los que piensan así son unos cursis.

También me he ido quitando los males de la cursilería, del "letraherido" (en términos catalanes, "lletraferits", término que descubrí gracias a Vázquez Montalbán) que se corre ante unos versos de Garcilaso o Blas de Otero pero que está incapacitado para su estudio...pese a todo reconozco que sigo escribiendo con algo que un antiguo amigo catalogó en tiempos como "ser más cursi que un pato con ligas". Voy camino de intentar conseguirlo. Eso espero.


Bueno, pues si alguien hizo por abrirme las entendederas además de todos aquellos señores tan majetes fue Manuel Cabada, personaje que recupero después de leer el blog de M (una insustancial maña) que se encuentra estudiando Hispánicas (like me!) en ZGZ. Bien por ella, mal por sus padres que no la condujeron hasta una carrera de verdad útil para la humanidad como Medicina o Ingeniería genética.
Pues Don Manuel me impartió una bonita asignatura llamada: "Crítica literaria". Bien. En principio parecía fácil: criticar puede hacerlo cualquiera. Cualquiera es capaz de coger un texto y decir "me ha molao" o "no me ha molao"; "Esto está bien" o "esto está mal". Pues no. Dispuesto a descubrirnos a Derridá, Eco, Propp (en la foto) o Barthes hizo a muchos infelices. La peor acusación era la de acusarlo de "inhumano" (¡Glabs!) ¿Quién podía coger entre sus manos a un Lorca, a un Quevedo o a un Conan Doyle o trocear sus obras de ese modo? ¿Señalar esos errores? ¿Ser capaz de hablar de estructuras para reducir "Verde que te quiero verde/verde trigo/verde rama" a eso, pura crítica de verdad? ¿De la de estudiar? Muchas veces creo que Don Manuel se quedó con las ganas de decirnos eso de "tus opiniones personales te las metes por el culo" pero prefería decir eso de "no se puede reducir la crítica a un género literario en sí, hay que ir más allá".




Seguramente Manuel Cabada no era el profesor más querido por su alumnado (notas insufriblemente bajas, exámenes cabrones de dos preguntas o tres, exigencia de un cierto criterio...), ni tampoco uno de esos tipos de super relumbrón que parece que sólo dan clases para entretenerse entre una publicación y otra pero, para mi, pasará a la historia por una cosa: "La teoría del pollo de plástico". Muy sencillo:

Un señor pasa por una calle donde hay una pollería, se queda mirando los pollos y sigue caminando diciendo "coño, que pollos más apetitosos" cuando, de pronto, se para delante de otra tienda y descubre que también hay unos cadáveres de pollo que se exhiben en el escaparate y piensa: "joder, han abierto otra pollería en la calle...de hecho estos parece que están mejores". Cuando entra a comprar uno de esos pollos se da cuenta de que, en realidad, lo que se vende dentro de la tienda son "arrrtículos de coña" y que los pollos son de plástico...¿Qué tiene que ver eso con la literatura? Já. Si lo resolvías a tiempo aprobabas la asignatura, con honores.

Les doy la solución: La literatura, el arte, es pura imitación de la vida y no hay que confundirla con la vida en sí. Caemos en un error pensando que la literatura o el cine o la pintura son un fiel reflejo de la realidad. Es decir, la vida es un pollo y la literatura un pollo de plástico que será mejor o peor en tanto en cuanto el chino mandarín que ha moldeado ese trozo de polímero flexible ha sido más o menos fiel a la realidad. Para conseguirlo, pues, no se ha valido sólamente de su maña, ese pollo no ha salido de su inspiración si no que, para conseguirla, ha tenido que utilizar un proceso industrial estandarizado que es el que utilizan los otros fabricantes de pollos de coña. La inspiración, pues, es un valor añadido pero, en realidad, cualquiera con un poco de esfuerzo y sabiendo manejar la técnica puede hacerse sus propios artículos de broma.

Cambia pollo por poema y proceso industrial estandarizado por "creación literaria" y tendrás la solución al enigma.




A mi me parece una idea definitiva que puede trasladarse a otros asuntos. Así creo que lo hace Georges Perec en "la vida insrucciones de uso" (Anagrama) y que desdiga Miss Kiddo si es que me equivoco:

"De todo ello se deduce lo que, sin duda, constituye la verdad última del puzzle: a pesar de las apariencias, no se trata de un juego solitario: cada gesto que hace el jugador del puzzle ha sido hecho antes por el creador del mismo; cada pieza que coge y vuelve a coger, que examina, que acaricia, cada combinación que prueba y vuelve a probar de nuevo,cada tanteo, cada intuición, cada esperanza, cada desilusión han sido decididos, calculados, estudiados por el otro".
¿Ves, morral? Carne de Coelho que fusilará prontamente...propongo que lo llame "el filólogo alquimista" o "La tía Julia y el alquimista".

Así, la teoría del pollo de plástico, sirve igual para desenmascarar a un cutre que ha copiado todo su corpus literario a, por ejemplo, Alejandro Dumas como para reconocer a un tipo que te ofrece un chollo para comprar una multipropiedad. Sólo hay que ver el camino andado por el sujeto y tendremos la solución. Sólo hay que rechazarlos o dejarse engañar pero, cuidado, sabiendo que nos están engañando, que a sabiendas dejas que el contrario pulse los botones que sabe que tiene que tocar para llegar a nuestro corazoncito, para moldearnos a su antojo y jodernos la cosmovisión o la literatura. Antes se llamaban "manipuladores" y ahora "gente con una gran inteligencia artificial" o "herederos de una enorme tradición cultural". Ahora y siempre: mezquinos.

Almas de Liliput que mueven egos gulliverianos dispuestos a zamparte utilizando la condescendencia o una fugaz bajada de la guardia francesa que te llevará contra las cuerdas, susurrándote al oído lo que quieres escuchar mientras te rebuscan el intercostal más cercano para, mientras te apuñalan, decirte al oído: "Si por mi fuera, no lo haría pero, mira, llegados a este punto...mejor tu que yo, ahí te quedas".

¿Hablamos de literatura? Sí. También de lo otro. Boxeadores con los guantes cargados hay en todas las esquinas por lo menos tres o cuatro.

Como en todo, creo que hay kriptonita para evitarse un mal trago o una desilusión: leer mucho o salir mucho de bares. Soluciones simples para que no te peguen la puñalada trapera.

Tengo un amigo que se cree que es la hostia bailando. Sólo hay que verlo bailar poniendo cara de Giorgio Aresu para saber que baila como el culo pero dice que a él le funciona: no más de 3 de cada 100. Un porcentaje más que respetable a tenor del mejunje de Jungle-boogie, jota riojana y moonwalk que despliega. Consigue un efecto hipnótico en el que fija su mirada en él: una sensación terrible de algo indescriptible, cercano al pánico, un "no, hostias, lo está haciendo otra vez...". Un espasmo. Su llamada de atención no puede ser peor (quizás lo es, no lo se) frente al material que despliegan ciertos intelectuales -frases hechas, poses malditas, declaraciones ostentosas- y otras aves de rapiña.



¿Seguimos hablando de literatura? Sí, pero ya no tanto.

Hoy he fijado mis ojos en la publicidad que, puntualmente, me manda meetic.com a mi correo. mailto:Solter@s%20que%20puede%20interesarte. (Por cierto, que he escrito esto y se me ha puesto en posición, "clickea aquí" que no era mi intención). Acuden a los trucos más tontos pero deben de funcionarles porque seguimos clickando...no es peor que repetir una y otra vez una coreografía o hacer pollos de plástico francamente reales. Ayer me sorprendí pensando que cierto anuncio de cierta compañía de móviles de color naranja estaba hecha de coña...¡No! Parece ser que no hay atisbo de ironía. Creen que la juventud dice "al loro colegui" del mismo modo que hay gente que cree que "las perlas de tus dientes" es una original metáfora o que un alto porcentaje de la población opina que unos bombones y un ramo de flores endulzan y camuflan una infidelidad.

En todo, como en esto, tenemos la culpa nosotros, seres viles dispuestos a dejarse engañar para luego escribir "me partieron el corazón" donde tenían que haber escrito "me partí, yo solito, y con mínima ayuda el órgano que bombea la sangre". Pero, la verdad, si comenzamos a pensar así: muchos dejarían de vender libros y, seguramente, la raza esta se extinguiría irremediablemente. Ahora, que lo sepan, la mayoría de las veces nos están vendiendo un pollo de plástico. Al menos dale la vuelta y comprueba si el material no es tóxico. O, pueden ustedes,sentarse a ver "Cuéntame" pensando que es un reflejo fiel, un interesante testimonio sobre nuestra España y hacer con que no han leído nada de lo anterior.

22 comentarios:

Jordim dijo...

El autoengaño es lo que mejor prácticamos, hasta el punto de saber justificarnos luego a la prefección, de forma que los demás asienten autoengañandose también ellos...
Y en cuanto a la lietratura, si tan solo fuera un reflejo de la realidad se habría extinguido hace tiempo.. Es mejor moldear la realidad si vas a escribir, o direcatmente fulminarla.

El Gran Faroni dijo...

Pues sí,

Pero siempre habrá el que te diga que eso es "realidad pura"..."Slice of life" se llama ahora?

Ficción de lo cotidiano, lo cotidiano como punto de partida para la fantasía...uf, uf, uf.

Un saludo.

Anónimo dijo...

A mí me gustan lo pollos de plástico, suelen darme mejor resultado que los de verdad, siempre que no tenga hambre claro...
A veces la realidad es demasiado asfixiante, no sé qué haría si tuviese que abandonar mi mundo irreal en el que me muevo con mucha más soltura que en el real, aunque a veces me dejo llevar demasiado y se confunden ambos.

Anónimo dijo...

¿es real la realidad?no creo,sólo nuestra subjetividad nos hace singulares en lo que hacemos,y nos aleja,claro, de la norma (sea la que sea, no necesariamente la común a todos),entonces es cuando aparece el conflicto y hablamos y hablamos para hacernos enterder ,pienso que el oficio de escribir es moldear esa subjetividad para hacer llegar al otro la risa,la emoción..un tanto largo de desarrollar,tú eres un magnifico artesano sr.insunstancial,me haces pensar y sonreir a la vez.Saludos,y si,por favor:nada de super pop,ya sabes,cuando haces pop,ya no hay stop!

Señor Insustancial dijo...

La hostia...que no estamos intensos apenas, no.

Delirium los pollos de plástico son sustitutos del real, parecen pollos pero no se pueden comer, ni hacen pío-pío que es una cosa preciosa de por sí. Desconozco por qué se te mezclan lo irreal y lo real con frecuencia en plan País de las Maravillas pero, como no, me gustaría saberlo. Alicia era divertidísima allí y lo es aquí, aunque es verdad que el gato de Chesire es más soportable que las hermanas mayores ¿Qué hago yo hablando de literatura inglesa decimonónica? Ni idea, es que, de vez en cuando, me posee el fantasma de Javier Marías. Disfruta cuanto puedas.

Raquel: la realidad es la que es y la subjetividad es como la percibimos. Joer, esto parece la típica frase dicha después de dos porros. Jarl. Decía Millás que la gente se corta bastante a la hora de hablar de las cosas que imagina, nadie se acerca a la cola del pescado y suelta: jODER, ayer me imaginé que llegaba a casa, entraba en el salón y me encotnraba a mi marido desnudo y muerto con una bolsa de plástico en la cabeza...

No es una conversación normal, aunque interesante, a veces la vida imaginada es más interesante que la vida real...¿De qué iba a vivir Iker Jiménez?

Gracias por los inmerecidos piropos, se trata de echar unas risas, lo juro. De dar gustico, a veces se consigue y a veces no, ciertamente.

Señor Insustancial dijo...

Un enorme abrazo, a ambas...nunca pensé que tuviera tantas lectoras.

Anónimo dijo...

Además,me gusta la teoría del pollo,voy a intentar profundizar,ando enfrascada con un grupo de gente en la elaboración de un falso documental y una base terórica me iría muy bien.carezco de formación de este tipo.gracias y bona nit.

Señor Insustancial dijo...

Pues...encantado de echar una mano. Bona nit. Si necesitáis lo que sea ya dirés. Por si acaso echadle un vistazo a "F for fake" de Orson Welles y en literatura la biografía del pintor cubista Josep Torres Campalans de Max Aub...en realidad una novela en forma de biografía ya que ese pintor no existió.

Abrazakos.

manu dijo...

¡Pandiya de maricomplejines de Letras! Siempre pensando, siempre filosofando. Rediez, dos y dos son cuatro, y punto pelota. Bueno, vale, eso era antes de los lemanbros.

nunca pensé que tuviera tantas lectoras.
Temos pillao, malandrín. Así que ese era el contubérnico plan insustancial desde un principio, ¿hein?

Anónimo dijo...

Pero bueno, ¿dónde esta el comentario que he hecho hace horas?

Qué mala hostia, ¡con la parrafada que había escrito!

Me vengaré contestando a su entrada en otra tan extensa y tan pedante que para escribirla me pondré una gola, como Cervantes.

Encima es lunes (como si en mi vida hubiera alguna diferencia entre lunes y martes)

moonriver dijo...

Un pollo de plástico presenta ciertas ventajas sobre un pollo de verdad, entre las que podríamos destacar el hecho de que un pollo de plástico nunca te picará ni te hará daño.

¿Literatura o realidad? Los libros, ente otras ventajas, pueden cerrarse cuando sus historias nos perturben en exceso. Lástima que la vida no nos permita hacer lo mismo.

Anónimo dijo...

Verás, que la teoría del pollo ese es muy simplista pero da de qué hablar.

Ando dentro en la realidad más de lo que me gustaría, mi mundo imaginario es completamente involuntario, estoy buscando psiquiatra pero dí con algunos blog que están en la misma onda, sucedáneos.

Nunca soporté al gato de Chesire.

Señor Insustancial dijo...

joder,

La verdad es que no pensaba que lo del pollo montara semejante idem.

Manu: Cabrón, desde el cariño te lo digo.

M: ¿No lo habrás escrito en otro bló, tipo el de otra persona?

Moonriver: Bienvenida y, gracias por pasarte. Interesante lista de lecturas, confieso. ¿Humo de Faulkner? ¿Cómo se mezcla con Espido Freire? Sorprendente, te alabo el eclecticismo, el tutti-frutti, vaya. Creo fervientemente en ambos pollos: el de verdad porque es una criaturita real y el otro por ser una imitación de este. Ambos son contingentes y necesarios. La literatura es uno de los grandes placeres de estar vivo y, la verdad, también puede desconectarse temporalmente. Sólo hay que echarse una siesta o respirar hondo.

Delirium: ¿Simplista? No lo creo pero estás en tu derecho de pensarlo así, pero, vamos pregúntale a los estructuralistas a ver que te contestan. Es posible que solo sea un "pur parlé" pero, cóño, le ha valido a muchos para evitar que se analizara su obra y a otros para ahorrarse el hecho de tener que mirar las cosas con prespectiva. ¿psiquiatra? pareces cuerdísima. Mi preferido: El sombrerero loco, no doubt.


Un saludo a todas/os y seguid en la brecha.

Anónimo dijo...

Me refería a que es una forma un poco simple de explicar algo complejo: realidad---pollo pio-pío, percepción/ficción---pollo plástico; claramente se escapan bastantes matices ¿no crees? con lo que es fácil utilizar la idea para mil defensas.

Ah Manu: que yo no soy "de letras", por eso soy más insustnacial :)

Paria dijo...

Muy bonita la teoría, pero que pasa con los nuggets del mcdonalds, porque son pollo y son plástico, realidad y ficción juntas. Como en la COPE o el transexual de gran hermano...Si es que los de letras os montais unas pirulas mentales del copón pa poder justificaros jejeje, dicho esto sin "acritú"...Tenía pensado soltar alguna chapa pedante mezclando la caverna de Platón y la idea del arte como representación simbólica de la realidad, pero como me tomé la medicación a tiempo os librais.

Señor Insustancial dijo...

Good Morning, everyone!

Delirium: soy insustancial por naturaleza. En la teoría subyace el hecho de que muchos crean erróneamente que la literatura es un fiel reflejo de la realidad que emana de la observación personal de la misma. El trabajo literario pues se reduce a lo "inexplicable" en tanto en cuanto es "personal e intransferible" y nace de la "inspiración" del artista. Frente a eso se postula con que, en realidad, todas las artes provienen de una "tradición", es decir, de una forma de hacer las cosas que ha sido transmitida y que es una "técnica" que es utilizada conscientemente. En tanto en cuanto nos enfrentamos con un "trabajo" que ha utilizado una "técnica" se ha de valorar como crítico, en primera instancia, esa utilización para confrontarla con el resultado final. En tanto en cuanto que se necesita de ese transmisor, la técnica, para explicar la realidad, cualquier representación de la misma será "subjetiva" y no un espejo donde se mira la misma. Uf, se me acaba de colgar el sistema operativo de arriba a abajo...explícame lo de las mil defensas que no lo he pillado para nada...en serio me he quedao mal.

Paria: Sí, los de letras nos hacemos inmensas pajas mentales con la caverna, las florecicas, los caminitos del alma y esas cosas...seguramente porque hay parte de nuestros estudios que todavía no se consagran a un "método científico". De todas maneras me temo que en campos como la física cuántica (teorías de cuerdas y esas cosicas en las que soy un absoluto zote) también hay un punto de masturbación académica importante. Jé. Enorme. Pero no es el sitio este para iniciar un debate "letras vs. ciencias" quizás tengas razón y haya que elaborar la teórica del nugget de McDonald´s en el que las cosas son mitan una cosa mitad otra.

Me habéis sobrepasada: ¿Cómo puede una teoría estructuralista excitarles tanto las meninges? Qué cosas.

Un abrazo a tutti.

Anónimo dijo...

Madre mía!!
Y todo eso en unos minutos.
Me temo que no me has entendido en absoluto pero ahora no tengo tiempo/ganas/capacidad de explicarme.
Lo que no me gustaba era la comparación de tu profesor o tuya con los pollos esos, tus explicaciones posteriores son muy buenas; aunque en las últimas me he perdido un poco.

Lo de las mil defensas...pues eso, algo tan genérico sirve de base para cualquier cosa o aspecto de la vida en general (no sólo de literatura buena/mala, asrtista/"artista") y no me parecía suficiente como respuesta.

Y ya vale, aquí lo dejo que cuando tengo que pensar mucho quien que se cuelga soy yo.

Señor Insustancial dijo...

Hola Delirium:

Es posible que estuviéramos hablando de cosas completamente diferentes, sí. Coño, lo siento. No me he sabido explicar. Mejoraré, lo prometo.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Pues oiga, ahora me hace dudar,pero como ahora soy una Insustancial declarada, me puedo permitir el lujo de acribillarle a comentarios.

La teoría del pollo es de las mejores ideas que he oído en años, me la apunto para comentarla con mis compis. Nos guste o no, este tipo de teorías son tan polémicas como ciertas, y que para enfrentarse a estos campos (teoría de la literatura, literatura comparada y crítica literaria) hay que quitarse antes la capa de polvo de encima, los prejuicios, como usted decía.

Como le dije en mi volatilizado post, intentaré escribir una entrada al hilo de la suya. Cosa que me viene al pelo ya que tengo que escribir un pequeño trabajo acerca de un seminario al que asistí hace poco y donde se trataron muchas cosas en relación con lo que ha escrito (¿casualidad?¿numerología?¿iker?)

Sobre lo de mis padres, si usted supiera...la madre filóloga inglesa, el padre médico, enemigo declarado de las ingenierias y carreras empresariales. Cuando le dije que quería estudiar ésto me dijo: Muy bien hija mía, ya verás que bien te sientes cuando después de unos años veas a todos esos amargados que te dieron por el culo con una carpeta bajo el brazo y una vida que no es la suya. Todavía no he entendido muy bien lo que me quiso decir, pero espero entenderlo pronto.

En fin, un placer leer sus reflexiones acerca de la filología, de veras!

Un saludo!

Señor Insustancial dijo...

Hola M,

La teoría del pollo de plástico es dogma de fe para mi persona. Me ayudó a profundizar bastante en todos los aspectos de la literatura y a caminar un paso más allá. Es decir, está muy bien hablar de inspiración, de don, de duende y de cosas folclóricas pero, la verdad, es por esa brecha por la que se cuelan muchos incultos en nuestra carrera. Sacralizar cualquier arte como fenómeno y elevarlo a los altares, darle la categoría de hecho incontrovertible es un error grave porque coloca todo en el campo de la creencia y de la opinión y ahí, en realidad, estamos todos empatados tanto un señor de un bar como un ginecólogo, reduce el estudio de la lengua a una cosa historiográfica o, si quieres, teológica. Hay que desmitificar un poco todo eso, las artes son lo que son y ya.

Sobre lo que comentas de que hemos coincidido en los temas: es normal, en mi época nos recomendaban fervientemente echarle un vistazo a la posibilidad de hacer una tésis sobre los escritores falangistas (Pemán, Sánchez Mazas...) que habían quedado sepultados por los estudios del 27 o la generación perdida. Se catalogaba como un campo completamente inexplorado...nadie se atrevió, claro. Pues me temo que con el estructuralismo pasa igual. Me temo que cuando yo terminé la carrera todavía al que mantenía esas teoría se le tomaba por un loco (de hecho había profesores que decían orgullosamente que no tenían ordenador...y me echaban la bronca por llevar el portátil a clase) y que ahora la cosa quiera vincularse a estudios más serios como los científicos...que son los que tradicionalmente se llevan la poca pasta que hay en investigación.

¿Sus padres? Los saluda de mi parte pero, por Alá, no tes digas que te has hecho insustancial a ver si se van a creer que esto es un rollo en plan secta. Ah, y se me olvidaba, efectivamente durante todo este tiempo vas a tener la posibilidad de ver a mucho imbécil cargar con una vida profesional que han elegido "porque tenía salida laboral" mientras que tu has elegido lo que te ha dado la gana en un campo que, si no me equivoco, tiene bastante futuro aunque sólo sea por la normalización que se llevará a cabo entre el español de América y el español continental...y, si no, al tiempo.

Un abrazako, colega.

manu dijo...

Y digo yo, ¿la del pollo no es una teoría de la conspiración?

Señor Insustancial dijo...

La teoría del pollo, querido mío, está claro que es, en sí, polémica: un gallinero, vaya. No sabía que gustaba tanto la crítica literaria.

Un abrazakoooo