martes, 22 de enero de 2008

Brother, Can You Spare a dime??

¡¡¡Solbes, sal de ahí, estás rodeado!!!

Hoy todo el mundo nos reclama. El ciudadano Cero está de moda hoy más que nunca. Sintámonos un poco protagonistas porque capitalistas y políticos de toda índole han caído en la cuenta de que nos necesitan.

Y hay que estar ahí porque con el Capital como con el congresista hay que estar a las malas y a las peores. A las buenas, no se preocupen, que ya se valen ellos solos. Diciendo esto no digo más que una obviedad que podría ser malinterpretada. No quisiera generalizar, ni mucho menos, pero miren ustedes esta curiosa coincidencia ideológica entre El Mundo y La Razón:

Ambos hoy mismo se hacen eco de los días grises que vive la Bolsa y, sin embargo, nos animan a invertir en valores ahora que estos están por los suelos y no solo a nosotros si no al Gobierno mismo (Con Solbes a la cabeza) para mitigar, en parte, este resfriado de la economía que parece matará a cuatro millones de personas con inversiones pequeñas.


Claro está esos valores que ahora compramos baratos nos darán unos beneficios tremendos (los mismos con los que Jeb Bush convenció a Aznar para el asuntillo de Irak) en la próxima OPA (se refieren a la próxima OPA HOSTIL y no a lo próximo que saque El Koala).


El pequeño inversor es el cachorrito debil que difícilmente puede mamar de la teta o, en una romanticona imagen, el gorrioncillo demasiado joven todavía para migrar que muere con los primeros fríos del invierno. Es decir, un tórtolo que acaba en las fauces del primer gato callejero.


No le hizo caso a Pizarro y, ahora, de peatón por su mala cabeza


Y yo pienso:

A) Si la economía liberal propone la no injerencia y la no regulación de lo público como único marco posible para mercado saneado no se que hace ahora pidiendo la ayuda del gobierno. Deberían de apañarse ellos mismos.


B) En plan tocomocho, la Bolsa necesita de todo el dinero que haya en circulación, es decir, si van a ser capaces de arruinar a cuatro millones de españoles a los que no han sabido dirigir en sus inversiones (eso cifra la ha dado "off the record" el equipo de ese tal Pizarro, con lo que no hay que fiarse mucho). Necesitan otros cuatro millones lo suficientemente tontos como para animar el parquet que se arruinarán igual que estos.


C) No se puede confiar ni a corto ni a largo plazo en unos tipos que se contradicen y que inviertieron su pasta en valores de alto riesgo con sello inmobiliario norteamericano (de ahí el problema) y que han arruinado a la Administración Bush que, en plan privado y jugando con el dinero de los ciudadanos, irrumpió en los parqués de NY como inversor y ahora se ha pillado los dedos provocando una crisis mundial saltándose claro está esas famosas teorías económicas infalibles neoliberales que nos obligan a correr detrás del conejito de trapo de la prosperidad como si fuéramos galgos. Eso sí, los galgos más cojos, torpes y mal alimentados de todos.

Voy a hacer los billetes de 6 euros porque de 5 me parece poca cosa


Ya ven, esos señores que cobran unos intereses abusivos por los préstamos, te joden la vida si les dejas a deber un euro en facturas que no deberías de pagar (léase quienes ustedes saben, etc.) ahora necesitan de su dinero, sí, ese que tienen custodiado por sus cuentas cogiendo polvo. Ya saben, nos están cantando esé blues grabado durante la época de la Depresión americana titulado Brother, Can You Spare a Dime? (¿Hermano, puedes prestarme diez centavos?) con su voz más melosa. Si no saldrán a la calle vestidos de tontos de pueblo invadiendo estaciones de tren y autobús gritando "¡Estampitttaaa!" a ver cuál es el próximo primo (o tórtolo) que cae.


No les echen la culpa porque los políticos, también en estos días, nos están pidiendo un voto en la urna (a ellos, si no no te molestes) y una pequeña inversión en la exigua y pobre reserva de ilusión que nos queda. El PP pide esta misma inversión pero en esperanza (Aguirre, a poder ser).


Yo por si acaso seguiré el ejemplo de los milenaristas de Montana: unos ultraderechistas muy simpáticos que llevan desde el año 85 invirtiendo en refugios, comida en lata y haciéndose pequeñas reservas en monedas de oro. Única material de cambio que, según ellos, seguirá vigente cuando estalle la economía mundial y se haga, por fin, la hecatombe...Y digo yo, ¿De verdad quedarán suficientes tiendas abiertas tras el desastre donde gastar nuestro oro? Eso es confianza en el mercado y en su supervivencia mucho más allá de los confines de la humanidad y no la suya, ratas, que son ustedes unos ratas.

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