martes, 29 de enero de 2008

¡HORMIGAS ASESINAS EN LOS HOSPITALES DE MADRID!

Hoy, por la tarde, he tenido que hacer una visita a una clínica. Nada, todo correcto, el personal muy simpático y todas esas cosas pero, de pronto, he tenido la necesidad imperiosa de ir al baño. Me he puesto frente a la taza (de espaldas hubiera dado más trabajo al personal de limpieza) y, cuando me disponía a evacuar me he percatado de que, por la pared reptaba una solitaria hormiga.



¡Una hormiga! ¡Allí! ¡A menos de 1 metro de mi entrepierna!



No soy entomólogo pero, la verdad, es que el insecto me ha parecido peligroso. Pese a que le he preguntado dos o tres veces hacia donde se dirigía y le he amenazado con llamar a un guardia ha seguido su camino haciéndose la sueca. Cualquiera sabe, una hormiga sola, ¿Adonde va una hormiga sola en un hospital? ¿Y si es parte de una banda de hormigas talibán manipuladas por la ETA para hacer caer el gobierno de Esperanza Aguirre? ¿Y si es parte de una super especie de hormigas genéticamente mutadas que transmite la rabia y el herpes genital? ¿Y si era una hormiga exploradora preparando la invasión de millones de hormigas tropicales?
Seguramente si fuera el Teleco Luis del Pino podría contestar a todas esas preguntas después de echarme una siesta de 20 minutos pero qué podía hacer yo ante semejante amenaza. Lo he tenido claro, he salido de allí escopetado y me he acercado hasta un cibercafé para mandarle un e-mail anónimo a la Consejería de Salud que tan bien dirige el señor Güemes contándole lo ocurrido. Es verdad que he exagerado un poco y he dicho que había cinco millones de hormigas y. es verdad, que seguramente aquella pobre hormiga no era más que un desdichado bicho que había perdido el norte y también es verdad que me he hecho pasar por un Inspector de Sanidad de ideología neoliberal que, en estos momentos, pasaba por un proceso de depuración ordenado desde las más altas instancias socialistas y también es verdad que he dicho que había detectado las mismas plagas de insectos e, incluso alguna rata, en diferentes hospitales de la capital. Todo pequeñas exageraciones y mentiras piadosas para que se me hiciera caso, nada más.

El señor Lamela (Izquierda, circunstancialmente) con el primo zamorano de Frodo.


Tengo confianza en que la bola surta efecto porque, en realidad, el Señor Güemes (o el Señor Lamela, su antecesor en el cargo, y que fue el que montó todo este pollo) sólo pasa por los hospitales para inaugurarlos antes incluso de que ningún médico (o cucaracha) ponga sus patas en ellos y, claro, si se tragó lo de las caravanas de la muerte ordenadas por un médico en un hospital del Sur de Madrid es muy posible que también actúe e investigue con mano firme sobre la posible Hormiga Asesina que me encontré en una clínica.

No hay comentarios: