jueves, 24 de enero de 2008

Yo, Vanessa G.T.

Hace algunas semanas nos enterábamos de que un pobre señor, Antonio Badín Moreno, de Valencia había recibido en su casa una factura de la empresa Gas Natural pero no con su nombre si no con el de "Antonio Gilipollas caraculo". Al parecer el ya se ha resuelto el estropicio.

La responsable es una trabajadora (a estas alturas ex trabajadora) que accedió a los datos llamada Vanessa G.T. y, para divertirse, cambió los apellidos de algunos usuarios de los servicios de Gas Natural.


¿Esta el señor gilipollas caraculo? Pues que se ponga.




Y yo me pregunto: ¿Hay un nombre más choni que Vanessa G.T.? O sea Vanessa por sus papis, que seguramente le pusieron ese nombre en la intoxicación de Vanessas que hubo a comienzos de los 80, y G.T. por el coche tuneado del novio. Fuera este un Seat León, un Volkswagen Polo o cualquiera de los modelos.



El coche del novio de la Vanessa



Estoy seguro de que si hay en este mundo justicia Bigas Luna ya está preparando la segunda parte de Yo soy La Juani con la historia de esta muchacha. La historia podría llamarse "T prto la G.T." o "Llamadme Vanessa G.T.". Por dar dos nombres chonis. Yo a la Vane me la imagino como una Sofía Cristo pero con conocimientos de informática.




La Vane disfrutando del afterwork


Le echaremos toda la culpa a Vane G.T. de lo ocurrido, claro, pero yo creo que una persona con ese nombre tiene derecho a defenderse porque está marcada indeleblemente con un nombre hortera y unas siglas en sus apellidos que son la guinda en el pastel. Me la imagino amiga de sus amigas, colgada de un novio con un corte de pelo cenicero, idiotizada por el visionado de A todo gas y la encuentro casi inocente. ¿Quién espera que alguien que se llama Vane G.T. sea Ministra de Fomento, por ejemplo?



El novio de la Vane de mani


Un poco de culpa le echaremos también a su empresa que tiene despanzurradas las bases de datos de sus clientes para que cualquier currela les eche un vistazo y se entere de si sus vecinas deben algo a la compañía, a quién le van a cortar el gas o quién gasta más de la cuenta. Algo que también ocurre en bancos, entidades de crédito, cobros, empresas de telefonía móvil.


Y yo me pregunto: ¿Cuantas Vanessas G.T. sueltas por ahí por el mundo saben de nuestra vida privada más que nosotros mismos? ¿Cuántas se entretendran sacando listados de las llamadas de sus conocidas (Letis, Lores, Cristales...) para saber si les están poniendo los cuernos con sus Jimmys, Johnnys, Christians...



El jefe de la Vane, in person


Y es más: ¿Qué diferencia hay entre lo que ha hecho nuestra heroína y la capacidad de algunas empresas para colarte en un fichero de morosos contra el que no te puedes defender y que te niega, automáticamente la concesión de ningún crédito, aunque sólo les debas 50 céntimos? ¿Qué diferencia hay entre que ten llamen Gilipollas caraculo a la jeta y que te telefonee una entidad de cobro a las cinco de la mañana para pedirte que les pagues un dinero que no les debes ni a ellos ni a la empresa que los ha contratado?

Si lo ven desde ese punto de vista quizás a Vanessa G.T. habría que darle un cargo en el departamento de cobros, en recursos humanos o a la cabecera de cualquiera de los otros sectores de tortura y coacción que se utilizan contra el público en general.

Desde ahora me oirán decir: "Tienes más peligro que la Vane con una base de datos".

2 comentarios:

Mowgli dijo...

Un apunte para el ilustradisimo autor de este articulo. G. T. son los apellidos.

Señor Insustancial dijo...

Hola,

Un apunte al ilustradísimo lector. Echa un vistazo al texto que se encuentra después de la tercera foto. Dice así:

"Le echaremos toda la culpa a Vane G.T. de lo ocurrido, claro, pero yo creo que una persona con ese nombre tiene derecho a defenderse porque está marcada indeleblemente con un nombre hortera Y UNAS SIGLAS EN SUS APELLIDOS que son la guinda en el pastel"

Ah, y un consejo: lee todo el texto antes de opinar. Gracias.