Las fuerzas vivas desmintiendo taxativamente que exista eso que se llama Hollywood.
Hay tantas Españas como españoles. En serio. Dicen que hay dos, que es un mito simplista, pero en realidad hay tantos estados virtuales llamados España como habitantes que ocupan su espacio físico. Es decir, es curioso pensar que exista un país que sólo exista en la cabeza de sus habitantes o, más allá, pensar que España es en realidad un fenómeno que, de no ser advertido, de pasar desapercibido, en realidad no existiría.
Un ejemplo:
La muchachada de Libertad Digital hoy no hace ni una mención al Oscar de Bardem. Es decir, mientras que hay una España que sabe que hay un actor que ayer ganó un galardón concedido por la Academia de Cine Norteamericana hay otra que ofrece una realidad paralela en la que, no sólo este hecho no ha ocurrido, si no que ni siquiera existe un señor que se llama Javier Bardem.
O sea, que si no lo miro, no existe. Si no hablo de ello no existe.
Esto no es nada nuevo: En Peter Pan se nos invita a creer en el País de Nunca Jamás porque, de no creer en él, desaparecerá con sus hadas y sus Niños Perdidos. Los mismos niños, los más pequeños, cierran los ojos para esconderse pensando que, si ellos no ven, los demás no los verán a ellos. Fedeguico, que es como el Capitán Garfio, pero tan chiquitín en estatura que parece un bombero torero "enfadao", nos invita pues a creer en su Essspañña y no en la que vemos todos los días. Que majo Fedeguico, que naïf.
A unos les dan un Oscar y a otros les entregan un señor bizco de Jaén. Que bonito y que falso. Ojalá los problemas, las cosas que nos incomodan desaparecieran si las ignoramos pero, no, desgraciadamente la realidad, la verdad sigue ahí, persistente e incómoda, ya sea, el Oscar de Bardem, el hecho de que hay gente que quiere casarse con una persona de su mismo sexo, las fosas comunes de la Guerra Civil o, yo que sé, que Pizarro no le ha aguantado un round a la realidad.
Es también lo que le pasa a IU, que está ahí pese a que todo el mundo haga unos esfuerzos enormes por aparentar que no existe y la ha convertido en el lindo Unicornio ensimismado de la campaña.
El Unicornio perdió credibilidad con aquello de la pinza y las llamadas de Anguita a la Democracia a la Griega y ahora nos buscamos el cuerno y no nos lo encontramos.
Anguita también tenía una España dentro, una España en la que los camaradas se ocupaban de los asuntos sociales y los derechones de los asuntos feos como la macroeconomía o el ejército o, más allá, las relaciones con la Corona que, decía Anguita, quién iba a necesitar Corona alguna cuando se caminaba hacia la España del Consenso. Anguita pensaba en España como en un Granizado de Limón: ácido, frío, intragable si venía aderezado por los ingredientes de la derecha pero con el justo punto de azucar de la (verdadera) Izquierda...un manjar, oiga, fresquito, fresquito, como para pasar a la historia. A la Griega, ya saben. Cuantas veces no habrá tenido que lamentarse el Califa de aquellas cucamonas a la derecha.
Anguita dándose cuenta de que la derecha le había robado la cartera...tarde.
Ya ven, no hay manera de hablar de nuestro país sin caer en la metáfora, en la lírica boscosa (el unicornio, el zumo, las dos Esspaññas, Me duele España, El Desastre, la Invertebrada, La invencible, La Furia, Quiero creer en Dios pero sólo creo en Billy Wilder, La Proverbial, la Sencilla España, Esta España mía, esta España nuestra, A galopar, España Quiquiricaña...) y es que esto es como Matrix pero con boina y misa de doce, porque España es muy grande y hay barca pá seguir...
No se, yo no lo veo claro y ¿usted, como es la España que tiene dentro?
Y ahora....¡El Informe Pizarro!
EL INFORME PIZARRO DE HOY (VI)
Tras el disgustazo de haber sido sólo el "ganador moral" del duelo en OK Corral frente a Solbes, el mileurista galáctico más conocido desde aquí a Albacete reapareció dos veces lamiéndose las heridas. En la primera, en Cuatro, y en la segunda en un mega guateque electoral en Burgos donde repitió el sonsonete conocido "soy de Teruel" pero aliñado por un "...donde recibimos al Cid, que era de Burgos" por esas cosas de quedar bien y luego repitió eso de "no me siento perdedor, perdedores se sentirán los españoles que no voten al PP".
Lo curioso es que Pizarro hace campaña por Madrid por lo que es absurdo que aparezca en un mitín en Burgos pero, ay, los mediáticos son así, tirirí e igual te sacan uno o dos escaños más con su única presencia.
¿Tiene eso conectado? ¿Sí? Pues apunte: "Solbes cabrón, te espero a la salida".
O sea, que chincha rabiña, que te jodes como Herodes que a él plim que duerme en Pikolín y el tonto, el perdedor eres tú que no lo quieres votar y tus razones tendrás, desafecto a la causa, maricomplejines y, por ende, imbécil. También añadió que estaba haciendo pasando por la campaña "sin dar ni media torta". O sea, como dejando caer que el día que de una hostia de esas de padre aquí va a caer hasta el apuntador, como en las de vaqueros. Por ahora, Pizarro, como los vaqueros cada vez cabalga más solo hacia el atardecer.
Por cierto es una maldad, pero ustedes perdonarán: ya dije que Pizarro se parecía al dueño de una funeraria del Oeste pero, no, bueno, quizás se parezca mucho más al Señor Burns de Los Simpsons...¿Quién será su Smithers? Gallardón se parece bastante, pero no, claro...
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