lunes, 18 de agosto de 2008

Desmesura: kriptonita para taxistas


El marido de Laura es taxista. ¿A que has pensado mal? Pues no, pone música clásica, asegura que no habla si el cliente no le pregunta, que no ofrece ni servicios de prostis, ni sabe donde encontrar coca y, lo que es más importante, su coche huele bien. Es una especie de super taxista, una raza en extinción o, y esto lo digo más esperanzado, quizás el primer especimen de una nueva raza de taxista: "el pelas" 2.0.

O sea, que te pones a parar a un taxi en Madrid y ruegas "que pare, que pare, que pare..." y cuando para y vas a abrir la puerta vuelves a rogar a San Fary (santo patrón de los taxistas) y dices "que no huela a culo, que no huela a sobaco, que no huela a farias y, sobre todo, que no huela a las tres cosas a la vez".

Lo bueno es que he cogido cientos de taxis en toda mi vida en las ciudades más dispares y me he encontrado con casi todo. En un trayecto de NY al aeropuerto de Newark mi taxista sabía muy poco inglés pero hablaba árabe y francés a la perfección. Por señas me preguntó que de donde era mientras me ofrecía un cigarrillo turco -"sé pá problem, mon amí, New Jersey tu can smouk"- y dije "Madrid". El tipo comenzó a reír y a aplaudir. ´"uí, sí,uí" y abrió la guantera donde descansaba un enorme retrato de Zinedine Zidane. "Zidan, aryelia, laik muá". Toma ya. Es verdad, el fútbol es un idioma universal puedes repetir nombres de jugadores al azar "Platiní, Zidane, Butragueño, Guardiola..." y decir "sí, yes, ouí, la, da, fantastique, encroyable, incredibile".


Cuando pasamos por la entrada del tunel de Lincoln ambos vimos una enorme bandera norteamericana que guardaba la entrada y la salida. "no problem, mon amí, no problem" dijo. Nunca he sabido lo que significaba.


En mi primer viaje a Barcelona me subí al taxi de un tipo en el aeropuerto y tres días después ese mismo taxista me cogió cerca de Plaza Catalunya...nos reconocimos y al tipo le pareció una casualidad tan loca que paramos en un sitio a hacer una quiniela a medias. No tocó.

También he visto taxis sucios, incómodos, locos (por Madrid hay un tipo que lleva un teclado Casio en el asiento delantero derecho y asegura que los fines de semana hace guiñoles en El Retiro...) y también comodísimos, limpios y aburridamente cuerdos.
De todas maneras en Madrid el taxista que más prolifera es el que lleva la COPE a toda hostia. Esos que dice Carlos Clavijo que son como una madre porque tienen respuestas para todo. Durante años he soportado a todo tipo de brasas que me tocaban las narices en varios idiomas, además, y al final he encontrado la kriptonita del taxista brasas: desmesura total y absoluta.

Por ejemplo: semáforo en rojo. Pasa un inmigrante. El taxista brasas ladra: "¿Y estos? ¿Qué me dice de estos? ¡Que yo no soy racista pero los españoles primero! ¡Que no digo yo que todos sean malos pero la MAYORÍA vienen a robar!". No pienses, no razones y simplemente escupe como un basilisco: "¿Cómo que NO todos son malos? ¿Pero qué dices hombre? ¡Escoria! Lo que había que hacer es ponerlos de patitas en la frontera...¿Qué digo la frontera? Tirarlos al mar. Así se acababa con los problemas de una puta vez, de una-pu-ta-vez (acompañar cada sílaba dándote puñetazos con la mano derecha en la palma abierta en la mano izquierda, posiblemente si los dieras contra la tapicería el polvo acumulado crearía una especie de nube tóxica con olor a culo que os mataría a los dos). Si el taxista no está más loco que tú lo normal es que diga: "hombre, yo que sé..." y te deje en paz todo el trayecto, por el camino más corto y deseando deshacerse de un tarado.

Otro ejemplo: semáforo en rojo. Parada. Pasa rebaño de adolescentes (son esos seres que parece que tienen medio cerebro y la cara llena de granos). Taxista dice: "¡Mire qué pintas! ¡A picar los ponía yo!". No te pares a pensar que habla con frases hechas y dispara: "¿Picar? ¿Usted sabe como hacen para que los caballos jerezanos hagan todas esas cabriolas? ¡Les dan candela con una picana eléctrica! Pues eso hacía yo con estos, una picana, un pinchazo por cada suspenso y luego los rapaba al cero y los metía en el ejército. ¡Y a tomar por culo! Yo a mi hijo lo tengo cosido a hostias y va derecho como una puta vela. Así, recto (y le muestras el índice bien recto y colocado entre los ojos que procurarás estén inyectados en sangre...el efecto se puede conseguir raspando las telarañas del techo del coche y pasándotelas por los ojos previamente al parlamento). Se hace el silencio sepulcral, tras la conocida disculpa.

Otro ejemplo: Entras al taxi, la COPE a toda hostia, te han robado el Ipod unos delincuentes que, a primera vista, dirías que tienen medio cerebro y la cara llena de granos...¡Delincuentes juvenines! Te aparranas al fondo, ha llegado tu momento, grita: "¡Súbelo, súbelo! ¡Feeeede! ¡Feeede! ¡Feeede! (baja las ventanillas) ¡Grita conmigo! ¡Cesar Vida-al! ¡Luiiiiiis del Piiino! ¡Peones Negros, Peones negros! ¡Dios, como me gustan esos tíos! ¿A usted no? El tipo decide que es mejor poner Radio Olé que llevar a un tipo que parece un gorila sobreexcitado.


Y el último ejemplo: Semáforo en rojo. Una pareja de gaylords pasa por el paso de cebra. Notas como el taxista se agarra nervioso al volante mientras una estela de baba blanca le comienza a caer por las comisuras...y clama: "¿Es que ya no quedan hombres en España? ¡Tengo yo un hijo así y lo mato! ¡Maricones!. Tómate tu tiempo y, con rapidez, haz un elegante cruce de piernas, pon voz sexy y usa la "Salida König": "¿Sabes? Los machotes como tú me ponen a mil, conozco yo una sauna superdiscreta que..." y en ese mismo instante mójate el dedo meñique y pásaselo suavemente por la sudada nuca. O te sale un novio o la carrera te sale gratis. Exista la posibilidad de que te intente dar una hostia pero, coño, usa la desmesura, sal fuera y con los ojos inyectados en sangre (ya sabes como conseguirlo) y grita: "¡Hoy es un buen día para morir! ¡Alégrame el día!". Si no es lo tuyo usa una desmesurada cobardía y sal corriendo.

No hay comentarios: