sábado, 9 de agosto de 2008

Los que quedan y los que se van


Hace como dos semanas alguien escribió en el EPS un interesante artículo sobre Dennis Wilson. Dennis Wilson fue el primer batería de los Beach Boys, el único surfero, el más borracho, el más drogadicto y, quizás por eso, también el más quebradizo. Murió ahogado y en la ruina en 1983.
El artículo dejaba bastante claro que, casi por encima de Brian Wilson, Dennis era el genio oculto de la banda californiana porque había sido él el que había convencido a los demás para que el grupo hiciera música surf y, sobre todo, porque sus historias habían inspirado las letras de la banda y hablaba muy elogiosamente de un disco maldito llamado Pacific Ocean Blue (muy recomendable, por cierto, le agradezco que me lo descubriera).


El artículo obviaba que Dennis había sido captado por Charlie Manson y su familia de hippis chiflados para su causa y que, a punto estuvo, de producirle un disco (cosa que le quitó de la cabeza Terry Melcher, productor musical, hijo de Doris Day) y algunas otras incomodidades como que era un incordio para toda la banda por sus desapariciones y desplantes públicos y, sobre todas las cosas, que se pasó más de un año escuchando, única y exclusivamente el Sargent Pepper de The Beatles.




En el fondo siempre llego a la misma conclusión: el genio es el muerto y los demás unas "momias", unos aprovechados que siguen "viviendo del cuento" y de "prosituir" las canciones de los que ya no están. En realidad a muchos les gustaría que los músicos buenos (los buenos, buenos, buenos) pasaran por un proceso vital como los de los habitantes de la cúpula de La Fuga de Logan: ¿Ha llegado usted a su cima como artista? ¿Sí? Bien, pues ahora te vamos a dar la inyección letal para poder recordarte intacto. No queremos verte encima de un escenario con ochenta años o, peor, con la pelota completamente ida diciendo inconveniencias sobre lo buena que es la Guerra de Iraq y la Asociación Nacional del Rifle (estilo Ted Nuggent).


Nos gusta que desaparezcan para que siempre estén jóvenes en nuestra cabeza. Me lo dijo el cantante de Iron Maiden, Bruce Dickinson, en una entrevista: "Puede que seamos mayores pero todavía podemos patear algunos culos". Nos gusta que se mueran quizás para poder decir eso de "NADIE puede imaginar lo que ese genio de la composición hubiera hecho de seguir vivo" y, sobre todo, nos gusta que se mueran para poder insultar a los que se quedan encima del escenario dando saltitos, cantando las canciones de siempre o, peor, iniciando "una nueva carrera"...¿Quién es Dave Ghrol si no el ex batería de Nirvana? ¿Y qué fueron considerados los Foo Fighters si no una engañifa publicitaria a costa del sacrosanto recuerdo de Cobain? Pues no, la verdad, el hombre de algo tenía que vivir y la band no está nada mal.

Vi a los Beach Boys cuando vinieron a tocar a España en aquellos años en los que otras viejas glorias como Jerry Lee Lewis tocaron por nuestro país. Un tipo a mi lado se pasó todo el concierto diciendo que eran unos vejestorios, unos dinosaurios que venían a Europa a sacarnos los cuartos y que tocaban "lo de siempre". "¿Y entonces por qué has venido?" le dije. Se calló, quizás esperaba encontrarse a los Beach como en las fotos promocionales del Pet Sounds, no sé. Lo de siempre fueron canciones como esta obra maestra que se llama Good Vibrations.








Lo de siempre, suena bien...o a mi me lo parece...y los Beach Boys y todos los que siguen en la brecha haciendo música me parecen unos currantes de lo más entrañable. Será que hoy soy un año más viejo y si me ha venido a la memoria este artículo es porque, tal día como ayer, se conmemoraba el 41 aniversario de la masacre de Tate/Labianca en la que la familia Manson (la de verdad, no la mía) acabó con el verano de las flores para siempre. Qué cosas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nunca había oído lo de que se pasó un año entero escuchando el Pepper's y mira que he leído sobre él. Es difícil de creer y suena a uno de esos bulos del entorno beatle para mantener su status.