sábado, 16 de agosto de 2008

Dios no puede estar hablando en serio


¿Qué culpa tengo yo de que el cura Pepe se empeñara en enseñarnos el poder de Dios haciéndonos trucos de hipnósis? La gente cree que me pasan cosas estúpidas porque soy un gambitero y/o un irresponsable pero, la verdad, es que nací con ese superpoder: tengo un campo de atracción sobre todo lo bizarro. Es así. Si hay un borracho violento en un bar siempre se va a empeñar en que yo sea su amigo; si hay un mendigo chiflado en medio de una calle repleta de gente siempre va a querer contarme sus penas; me pasa también con los Testigos de Jehová, los mormones (por cierto, que ya no veo tantos) o los curas, en general.


El Cura Pepe jamás pudo hipnotizarme porque decía que me faltaba fe echándome la culpa de su falta de pericia, decía que era un bodoque...¿Te imaginas que Tamariz te dice eso de "¿Es esta la carta que has elegido y cuando va a hacer el "chiananáaaaa" le dices que no y te saca del escenario diciendo que es culpa tuya? Pues el Cura Pepe pensaba que sí, que aquello era una demostración más de la Fuerza Divina, de la voz de Dios y que yo no quería escucharla. Así de fácil, así de sencillo.


Gracias a ese cura soy completamente ateo. Entendí que si la fe era dejarte anular y poner tu voluntad al servicio de un desconocido para que hiciera contigo lo que quisiera yo no estaba llamado a semejante parida. Prefiero a Tamariz, la verdad.

De todas maneras le agradezco a semejante Rasputín de andar por casa que me pusiera en el camino de la razón y que me haya dado la oportunidad de hacer cantidad de chistes. Cada vez que escucho las palabras cura, pederasta y niño, siempre meto la palabra "hipnosis" en medio y el humor viene solo. De hecho las demostraciones de Don José, que era como quería que se le llamara, me hicieron entender bastante bien conceptos como el de "alucinación colectiva" e incluso el de "alienación". Me suspendió hasta septiembre pero, era normal, era evidente que nunca iba a ser un católico de libro.


Ya decía P.T. Barnum (al que tanto deben las televisiones que han calcado su particular filosofía del entretenimiento): "A cada segundo nace un nuevo idiota". Y eso lo sabe hasta el Papa, quizás la frase sea del Papa y no del dueño del circo de freaks que le pega bastante.


Pero no quería hablar mal de nadie hoy...pese a que estoy viendo de reojo la emisión de una de las versiones "mejoradas" de George Lucas de El retorno del Jedi y me estoy cagando en sus muelas. ¿No ves? Ni siquiera puedo militar en la religión de la Guerra de las Galaxias, seguramente porque no me sale decir Star Wars...¿Por qué la gente dice Star Wars y no The return of the Jedi o Empires strikes back? Pues porque somos unos paletos que no sabemos inglés. Lo dicen Jose A. Pérez (guionista de El hormiguero) en este buen artículo incluído en su blog en el que tacha a los españoles de ser los ewoks de Europa. George también nos ha abandonado por un puñado de dólares. Hijoputa.

Hay algo de razón, ayer perdí la fe por enésima vez en la raza humana tras ver el episodio de Ola, ola de Cuatro que es la versión veraniega de Callejeros. Quiero decir, que consiguen encontrar el peor escenario humano posible incluso cuando el sol pega fuerte y a uno le apetece proponer sólo reportajes de surfistas cachas y de la composición del tinto de verano de los chiringuitos.

Me sorprende que sean capaces de sacar a gente tan cutre (canis empastillados en Sitges, canarios haciendo camping que aseguran que hay que echarle una gota de lejía al agua en la que se hacen las papas arrugás, un tipo con síndrome de abstinencia de metadona, peña puesta de cristal hasta las cejas, mirones playeros, matronas de Vitoria en pelotas en Donosti...) y cosas tan tradicionalmente españolas como la siguiente:

Un hamaquero soportando el cabreo de una señora que se empeña en hacerse sitio a costa de quitar sus hamacas y que se defiende diciendo: "tú habrás pagado la concesión al ayuntamiento pero eso no te da derecho a cogerte el mejor sitio de la playa...". Pues sí, lo tiene, la verdad, otra cosa es que nos pasemos la ley por el forro de los cojones.



También me sorprende cómo viviendo en un país que todavía es tan sumiso o tan pasota ante los atropellos de la autoridad más o menos competente, las leyes de tráfico sean las únicas capaces de encender la llama de la rebelión. No entiendo ese fenómeno. 5 de cada 4 encuestados están en contra de los radares en la carretera y muestran unos cabreos acojonantes frente a la cámara. Al parecer la gente quiere ir borracha, drogada y a toda hostia por la carretera y está dispuesta a quemar La Moncloa si no le dejan hacerlo mientras que parece encantada con el precio de los pisos. Gracias a Dios los motores de hidrógeno que pondrá de moda el petroleo a 2000 dólares/barril son mucho más lentos y volverán las diligencias. Por fin las calesas ya no será coto privado de parejas de amantes despistados y cursis. Me imagino que con las diligencias volverá el honrado oficio del bandolero...por cierto: ¿Sabías que a mi bisabuelo lo mató un bandolero? Se llamaba Pasos Largos y, si no me equivoco, era el último que quedaba en toda la Serranía de Ronda y mi bisabuelo lo estaba persiguiendo por sus fechorías.

¿Te das cuenta como en la familia tenemos un imán que atrae las historias bizarras? ¿Cuántas posibilidades hay encontrarse con el último bandolero que quedaba en una extensión tan grande y que este te mate? La última bizarría fue que la bisabuela se acabó casando con uno de los jefes de la UGT que, a la sazón, era el mejor amigo del bisabuelo...

A J., mi tío, que cuando se emborracha se pone exquisito, le gusta decir recordar la anécdota y decir eso de "Dios no puede estar hablando en serio...". Efectivamente, de haber uno, sólo hay que mirar a un ornitorrinco para saber que no le puso el mismo empeño a toda la creación.

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